INTRA-MAQUINAM (2010-11)

Toda materia está llena de sentido y su lugar en el mundo le da significado. Esta colección de fotografías trabaja con el sentido de las cosas como si se tratara efectivamente de materia.

Se individualiza y se desordena, confronta y manipula hasta conseguir un nuevo orden, una nueva percepción sobre sí misma, una cara oculta del sentido, una nueva verdad simbólica.

Los objetos, las cosas, las máquinas, situados en un nuevo lugar, están ante la cámara emitiendo otras señales diferentes.
Dejemos que nos hablen
.” (Ignacio de Álava Casado)

El texto que acabamos de leer, es de un fotógrafo y amigo, y lo escribió para el folleto de la exposición "...EX MACHINA" del Taller de Fotografía de Zizur Mayor del año 2011, en la que participé con seis de las fotografías que se presentan en esta pequeña colección.

Durante un año varios fotógrafos nos dedicamos a penetrar en las máquinas buscando ese otro lado, esa nueva forma de ver y presentarse, en su intimidad o en su complejidad. El resultado fue una magnífica muestra de las instantáneas más diversas. Miradas penetrantes e inquisidoras que desnudaron esa realidad que nos rodea y a la que estamos completamente acostumbrados, mostrándonosla de una manera diferente.

La exposición duró unas semanas y muchas de aquellas fotografías descansan ahora empaquetadas en alguna estantería o armario.

Con esta colección quiero devolverles su utilidad, su fin. Quiero despertar sensaciones.

Con toda esta serie, trabajada a lo largo de las semanas, pretendo tan sólo mirar de forma diferente. Los que me conocen saben que no me gustan las cosas tal cual estamos acostumbrados a verlas. Me gusta mirar más allá. Tal vez incluso desde una mirada surrealista. Aunque a veces recuerdo el consejo que le daba F. Cappa a Henri Cartier-Bresson, que el mismo recuerda en una entrevista: “Cuando hice la exposición en el Museo de Arte Moderno en el 46, Cappa, que era muy cuidadoso me dijo: no debes tener la etiqueta de fotógrafo surrealista.”

Buscando siempre la luz, el color, las sensaciones... intentando imprimir en la retina del "mirón" una impronta que permanezca en el tiempo, por la sorpresa, el desconcierto o la admiración. Me gustaría que deseemos volver a ver de nuevo la fotografía, incluso mirarla unos minutos.

En el fondo como nos indica Ignacio en su texto todo es materia, tan solo materia... objetos que nos rodean, que hemos visto muchas veces, a los que estamos acostumbrados y que no nos dicen nada.

Estos objetos o “trozos” de los mismos, al mirarlos con “ojos de niño” podemos apreciar brillos nuevos, volúmenes inapreciables e inexistentes, sensaciones emotivas, confusiones técnicas... he pretendido acercarme de forma diferente y después jugar con el espectador y “engañarle”. Al fin y al cabo toda fotografía es un pequeño engaño, como nos diría Joan Fontcuberta, de la que al mismo tiempo y simultáneamente esperamos algo de realidad, como dice en su libro La cámara de Pandora: “Y lo cierto es que, para el hombre de la calle, una fotografía apela en tanto que fotografía a un compromiso de la realidad. Nos exige que creamos en ella...” (La cámara de Pandora, pag. 117. Joan Fontcuberta). Viendo estas fotografías tal vez alguien podría preguntar ¿qué es esto?, con la sana curiosidad de ver “la realidad” del objeto o de la máquina.

A mí, me da igual lo que sea. A ti te tiene que dar lo mismo lo que sea o no, estás en tu libertad de buscar lo que es.

Para mí lo importante es si me gusta o no. Si me lleva más allá. Si me dice más que lo que me diría ese mismo objeto en mis manos. Como dice mi amigo Ignacio, en el texto del principio escrito para la exposición, “dejemos que nos hablen”.

Regresando a lo más pragmático, ¿qué vamos a ver?... una pequeña colección de fotografías realizadas, como decía desde una mirada diferente, mirada "de niño", tal vez.

La serie se divide en fotografías con su color original y otras, en algunos casos las mismas, trabajadas en blanco y negro y algunas además coloreadas. Con muy poco color, el suficiente para insinuar y darle un cambio de perspectiva total.

Repasando las fotografías siempre me recuerdan esas primeras tomas en blanco y negro, que desde el principio los fotógrafos coloreaban para acercarse más a la “realidad”. En este caso con ese leve coloreo logramos todo lo contrario, alcanzar un mundo imaginario, una fantasía. La realidad de los objetos fotografiados es de color naranja. A estas fotografías llenas de su brillante y luminoso color naranja primero les quito el color y después las “pinto” suavemente para darles volumen y vida.

Aquí es cuando aparece mi segundo recuerdo. El resultado de estas fotografías coloreadas me evocan al cine en blanco y negro, en concreto a “metrópolis”, película dirigida por Fritz Lang, en 1927, sobre todo por esa estética de máquinas y edificios. Esto no tiene ninguna importancia, tan sólo una impronta del subconsciente del autor.

Además de ¿qué es? a muchos les interesa saber, a esos “curiosos” técnicos, que quieren saber más, ¿cómo se ha hecho?. Pues muy sencillo. Todas estas fotografías están realizadas con una cámara digital reflex y unos objetivos muy luminosos pero utilizados "contra natura"... al revés, a modo de gran macro. Eso es... un objetivo invertido que nos produce grandes desenfoques y que nos acerca muchísimo a objetos pequeños. Y logramos ver esas pequeñas cosas que nos rodean o que componen nuestras máquinas como grandes extensiones, edificios, ciudades,... y con los brillos propios de los desenfoques.

Es una colección diferente. Objetos comunes vistos de otra forma. Circuitos y soldaduras vulgares, técnicamente maravillosas, que adquieren cierta vida, que evocan otras vidas, que nos llevan a su interior y nos cuentan otras historias diferentes pero menos prosaicas. Se trata de apreciar la maravilla que todo lleva dentro.

Al fin y al cabo tan sólo fotografías.